miércoles, 28 de agosto de 2013

Síndrome incurable.




Una de tantas noches ansiando que sea el día, el reloj marque las doce anunciando que es veintinueve y sea el momento justo en el que pueda enorgullecerme un poco más de lo que con el tiempo llegué a querer y si me refiero a ti, a ti que me soportas en cada faceta, que sin importar cuan fea este de tu boca no salen otras palabras que no sean para halagarme, a ti que siempre tienes un lugar reservado para mi y una sonrisa dispuesta por si se me agota la energía y resulto teniendo un mal día y quiero solo olvidarme del mundo; ya hasta creo me extendí detallando cada gesto que tienes para mí y es que no dejo de hablar de ti ya hasta sospecho estar padeciendo del incurable síndrome que yo nombré como 'estar enamorada' ese común síndrome que muchos padecen y pocos saben lidiar, quizás por eso siempre tuve miedo y tu como buen compañero has estado intentando resolver 'ese miedo' para ir despejando una a una las dudas y dejando claro que con todo y tus locuras estas dispuesto a quedarte aquí, a mi lado para hacerme una chica mas segura.

Son muchos los recuerdos que vienen a mi mente, muy felices recuerdos debo destacar que no me alcanzaría a contar todos en una sola noche, en un solo escrito, pero si que están bien metidos en la memoria para cuando se me antoje recordar y dejarlos salir para contarle a alguien mas lo maravilloso que ha sido compartir cada momento contigo, ya hasta me imagino contándole a mis nietos esas travesuras, las escapadas y cada aventura.

Siendo honesta he sido bastante orgullosa últimamente por el hecho de ocultarte esta parte de mi que siente tanto y tiene tanto por decir, solo por miedo, miedo a que me vayan a herir, se que con el tiempo podré adaptar la palabra clave de este síndrome incurable, algún día diré sin miedo 'enamorada' y me adaptaré a decirla cada vez que te agradezca por la felicidad que me das, me arriesgaré a mostrarte un poco más. A estas alturas cuestiono lo que pueda pasar en el futuro por eso quiero estar clara de mi presente, quiero disfrutarte, gozar hasta el mas mínimo detalle, sonreír y llenarme de ti.

Dentro de toda esta historia quiero a los terceros bien lejos, poco me importa alguna otra opinión y no tengo planeado explicar mis razones por si quieren juzgar lo apresurado que ha sido esto, si antes no había sentido algo parecido estoy dispuesta a demostrarte poco a poco lo que hace días no he podido ni nombrar y es que lo lograste... has sido el primero que me llegó a enamorar, a partir de ahora no hay arrepentimiento vamos juntos a seguir caminando de la mano y riendo logrando conseguir lo que siempre queremos porque de algo estoy segura... que me quieres y que te quiero.

viernes, 2 de agosto de 2013

Encuentro casual.




Algunos lo llaman destino otros casualidad, yo le pongo tu nombre. 

No es costumbre que yo cene fuera de casa un día de rutina pero ese 04 de diciembre se me antojó compartir conmigo misma como quien solo quiere pensar y alejarse un poco de aquello a lo que está acostumbrada. Tu muy raras veces estas solo casi siempre estabas rodeado de imbéciles que alababan cada éxito que tenias cuando alcanzabas lo que te proponías. Pero esa noche solo estábamos ahí tu y yo en ese restaurant para ambos alejarnos de todo, como al encuentro de algo diferente sin saber qué solo nos atrevimos a salir en busca de un poco de liberación y así fue como terminamos uno frente a otro algo sorprendidos del encuentro repentino y sin ninguna planificación como si fuera el destino que quiso jodernos una vez mas las vidas con eso de traernos confusión y viejos complicados, pero en fin buenos recuerdos.

Pedimos una mesa para dos y comenzamos aquella extensa conversación aburrida sobre el trabajo, la familia y relaciones poniéndonos al día después de esos años separados sin saber nada entre ambos, a medida que pasaba el tiempo me daba cuenta como nos fuimos perdiendo, como ya no eramos los mismos... como ahora te interesaban otros temas. ¿Que carajos pensabas cuando me hablabas de deportes? tu mas que nadie sabias cuanto detestaba ese tema, al parecer lo hacías a propósito  siempre disfrutaste el hacerme enojar y verme molesta para luego contentarme por arte de magia en cuestión de minutos. 

Aun sonreías pero no como antes, se notaba un poco cansada tu sonrisa por eso te propuse ir a dar un paseo después de esa deliciosa cena quería comprobar si aun eras ese chico que le encantaba hacer locuras con la sonrisa viva, con ganas de disfrutar y ese espíritu vibrante que me hacía volverme loca cada vez que teníamos "esos encuentros seguidos a escondidas" durante la preparatoria.

Fuimos al parque y me miraste fijo para mencionar que ya sabias que estaba tramando, sonreí y respondí que hace horas atrás pensé que no eras el mismo pero me demostraste que me había equivocado y saltamos, gritamos y nos divertimos como antes olvidando las obligaciones, la rutina y los problemas. Seguías siendo aquel chico interesante que siempre me gustó. 

A esas alturas de la noche no quería saber porque entre los dos las cosas no funcionaron años atrás, no quería reclamos ni dramas con explicaciones incluidas solo quería una cosa que por su puesto sucedió... de la manera perfecta, ese beso con sabor a te extrañé tanto, ese beso que vino acompañado de recuerdos, que hizo que viajara por cuestión de segundos al pasado, ese beso que ahora muy bien voy a guardar en mi memoria junto con aquella especial noche porque se te había olvidado mencionar que  ahora estabas casado y aunque tu y yo sabemos que nos queremos como antes debemos volver a pisar tierra y despedirnos, me abrazaste agradeciéndome por recordarte los buenos viejos tiempos y quien eras realmente, me diste un ultimo beso para así marcharte yo quede algo vacía caminando en dirección opuesta y ansiando que regresaras y me abrazaras un rato mas, pero aun pienso en un próximo encuentro que sé no ocurrirá pero no importa porque igual todas las noches saldré a cenar quizás nos encontremos otra vez por casualidad.